13
En una ocasión, y ante el aviso de un amigo común, mi mujer y yo nos fuimos a pasar una corta temporada con ellas. Con el pretexto de que mi mujer era médica y mi madre andaba un tanto delicada de los huesos y sin poder levantarse de la cama, nos quedamos varias semanas. Mi madre nunca supo los auténticos motivos de nuestra estancia en su casa, pero el consejo que recibimos del amigo fue muy claro:
“Yo de vosotros no lo dudaría. Iría unos días, hasta que todo se tranquilice y os convenzáis de que no va a pasar nada”. Lo que él había oído tenía que ver con ciertos planes que colocaban a mi hermano en el acto de una acción desesperada, junto con otras personas que supuestamente iban a entrar a robar, ya que necesitaba saldar unas cuantas deudas urgentes.
En una ocasión, y ante el aviso de un amigo común, mi mujer y yo nos fuimos a pasar una corta temporada con ellas. Con el pretexto de que mi mujer era médica y mi madre andaba un tanto delicada de los huesos y sin poder levantarse de la cama, nos quedamos varias semanas. Mi madre nunca supo los auténticos motivos de nuestra estancia en su casa, pero el consejo que recibimos del amigo fue muy claro:
“Yo de vosotros no lo dudaría. Iría unos días, hasta que todo se tranquilice y os convenzáis de que no va a pasar nada”. Lo que él había oído tenía que ver con ciertos planes que colocaban a mi hermano en el acto de una acción desesperada, junto con otras personas que supuestamente iban a entrar a robar, ya que necesitaba saldar unas cuantas deudas urgentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario